Los motores incoloros de ABB mejoran el rendimiento de los congeladores industriales de alimento - ERP Spain.com - España y América Latina

Numerosas personas se han atribuido el mérito de desarrollar la técnica de congelación de alimentos, pero fue Clarence Birdseye quien inventó en 1924 el método de congelación rápida que permite congelar los alimentos de la manera que conocemos y empleamos hoy en día. No obstante, independientemente del tipo de alimento que se desee congelar, desde carne hasta frutas exóticas, el desafío siempre consiste en mantener el producto fresco y seguro para los consumidores. En este artículo, Darcy Simonis, responsable de la red industrial de la división de alimentación y bebidas de ABB, explica los desafíos presentes en la industria de alimentos congelados.

Los clientes exigen calidad y, por consiguiente, las técnicas de congelación han tenido que adaptarse con el transcurso del tiempo. Aunque la congelación de alimentos ya era una realidad antes de la invención de Birdseye, los métodos de congelación históricos se caracterizaban por su lentitud, lo que implicaba la formación de cristales de hielo que rompían las membranas celulares del alimento, dejando una textura y sabor desagradables una vez descongelados.

En la actualidad, resulta más sencillo que nunca disponer de alimentos congelados tanto comercialmente como en el hogar. Ya se trate de verduras pretroceadas de producción masiva y comidas preparadas para el público en general, o consumidores que conservan comida sobrante para más adelante y evitan desechar alimentos a punto de pudrirse, todos estamos muy acostumbrados a que los alimentos congelados representen hoy en día un elemento básico de nuestra dieta.

Con el propósito de mantener la calidad, numerosos fabricantes de alimentos buscan congelar rápidamente productos por piezas individuales mediante el uso de congeladores industriales, que además de congelar y mantener frescos los alimentos, también ofrecen el producto de una manera muy práctica para los consumidores. Este proceso puede resultar especialmente difícil en el caso de los artículos de pequeño tamaño, como piezas individuales de fruta o ingredientes para pizza, que tienden a agregarse y congelarse en bloque si no se procesan correctamente.

Numerosos fabricantes aplican procesos con congeladores industriales, como los suministrados por los expertos suecos en congelación de alimentos, OctoFrost, que utilizan placas de separación para agitar los productos y permitir que se congelen de manera individual e independiente. Esto implica una reducción del tiempo de congelación de los artículos, ya que la superficie del producto es mucho más pequeña, y también permite que fabricantes en una fase de elaboración subsiguiente, o los propios consumidores finales, puedan utilizarlos individualmente.

Un negocio muy fresco

La fabricación de alimentos congelados es un negocio arriesgado. Con temperaturas que pueden oscilar entre +25 ºC y -30 ºC, los requisitos de higiene deben ser rigurosos para evitar el riesgo de contaminación y proteger la seguridad de la población. La limpieza de los equipos de fabricación de alimentos debe realizarse regularmente, a menudo hasta dos veces al día para algunos procesos. Además, con partes integrales concretas, por ejemplo motores, suministradas habitualmente con revestimientos de pintura de protección que pueden experimentar deterioro y daños bajo condiciones de lavado corrosivas, existe la posibilidad de que surjan problemas de contaminación.

ABB colaboró estrechamente con OctoFrost para desarrollar una gama de motores incoloros e incorporarlos en la gama de congeladores industriales de los expertos suecos en congelación de alimentos. Aunque tradicionalmente este tipo de motores eran de color azul, ABB consiguió desarrollar y suministrar motores de ventiladores de baja tensión de rendimiento del proceso IE2 sin pintar para la cadena de suministro completa de OctoFrost, además de ofrecer una gama de motores de ventiladores incoloros para clientes de OctoFrost que requieren piezas de sustitución.

Esto también implica que los fabricantes pueden implementar incluso los procedimientos de lavado más rigurosos en cualquier etapa del proceso sin riesgo de deterioro de la pintura y contaminación de los alimentos.

Por lo tanto, aunque la congelación de alimentos puede representar un proceso arriesgado, con las inquietudes en torno a la inocuidad de los alimentos siempre presentes como principal prioridad de los fabricantes, si trabaja con proveedores como ABB contará con el socio ideal para superar el desafío del frío.